
Esta semana, Blanca Juana platica con Sylvia: ella es burbujeante como la champaña de celebración que abrimos hoy. No me imagino a alguien mejor para personificar el episodio 100 de Buena Banda Podcast.
Rebelde desde que escondía los acordeones en el delantal y fumaba a los 15, neceó con ser publicista a pesar del juicio de su papá. Llegó a dirigir las agencias icónicas y brillar en los consejos gremiales, creó piezas que hoy son referencia, influyó entre los grandes y se independizó de todas las formas.
De niña, mentía como atajo para conseguirse la vida que añoraba. De joven, trabajó como mula y se divirtió como enana. De grande, colecciona amigos y admiradores de todas las edades y tiene una energía que no existe en la gente normal.
Desde hace muchos dolores, reconoció que sus alas eran grandes, supo que servían para volar alto y decidió que había que defenderlas a toda costa.
Es autónoma, interesante, prendida, irremediablemente libre, y honra su palabra. Yo digo que su ejercicio profesional actual se trata de repartir conectes y buenondismo.
Hoy brindo por sus alas, por las mías y por las de cada mujer que ha volado algún vuelo gracias a este podcast. ¡Felicidades, Buena Banda, en tu segundo cumpleaños! ¡Y felicidades por llegar al episodio 100!
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Viridiana pasó de ser una godín con carrera estable a convertirse en alpinista récord mundial. Todo comenzó al tomar una decisión clave: entrenar su mente para pensar diferente. En este episodio comparte cómo el enfoque mental, la constancia y el autoconocimiento la llevaron a conquistar montañas y a construir un negocio exitoso. Ideal para quienes quieren reinventarse desde la pasión y la intención.

Gina Diez Barroso es una figura clave del mundo empresarial mexicano y una defensora del empoderamiento femenino. En este episodio, comparte su visión sobre la inclusión, el liderazgo auténtico y el valor de intentar, incluso cuando se falla. Fundadora de una universidad reconocida y miembro de foros globales, su historia es prueba de que no necesitas encajar en moldes para dejar huella.

Gladys encontró en la cocina su espacio para hacer alquimia y transformar dudas en certezas. Con una energía arrolladora, una pasión clara y cero tolerancia al drama, comparte cómo ha crecido profesionalmente mientras cuida su salud física y mental. Una historia de riesgo, autenticidad y fuerza tranquila.