¿Un prototipo de “Mujer de Negocios”? Aquí yo propongo a esta señora. Consentida del Ingeniero Carlos Slim para los consejos de administración de sus empresas, respetadísima por la comunidad empresarial de México; influyente, gran ejecutiva, gran jefa, y en lo cotidiano, una persona normal.

No trabaja porque tiene qué, trabaja porque AMA trabajar. Trabaja por retarse a sí misma, por crecer y porque el crecimiento lleva a la libertad. Además, se reconoce buena en lo que hace, cosa que sabe deliciosa, igual que sabe delicioso todo lo que asociamos con su emprendimiento.

Fue mamá justo cuando su carrera podía comérsela a ella y a su proyecto familiar. Pero paró, rectificó y salió avante. Hoy es buen ejemplo de que sí se puede todo. Las empresas no se adaptan a uno, si no al revés. Pero uno sí puede elegir qué empresa va con tus valores y si te dará cancha para crear y crecer.

La edad no le hace nada. O más bien sí. La ha hecho libre, serena, distinguida; y le ha dado una sabiduría que muchas anhelamos. Es la mejor combinación de simpatía en las formas y seriedad en el fondo. Entiende perfecto el anhelado valor de estar bien. Le saca jugo. Es disciplinada, inteligente, asertiva.

Brains & Beauty. Profesionalismo y Gracia. En las maneras, en el análisis, en la escucha y en la preparación. Ella mantiene las relaciones como poca gente que yo haya conocido en mi carrera. Siempre está dispuesta, siempre intenta dar un paso adelante.

Una mujer trabajadora que habla sin rodeos y nunca se queda quieta. Es abogada, mamá de tres, maestra y ha hecho una carrera en el servicio público. En su caso MUY público, eso sí. Mientras haya clima político en México, es decir siempre, la vamos a ver haciendo algo.

Eso de ver tu vida pasar como en una película no es un decir para algunos. Mientras ustedes escuchan este podcast, un equipo de producción (actores top incluidos) filman la adaptación de Los dos hemisferios de Lucca, escrito por mi invitada de hoy. Se trata de la primera co-producción India-México de los estudios Netflix. Oyeron bien, Netflix le compró su obra.

Todo lo ha construido de ceros, sin atajos ni privilegios, sin siquiera el acceso a universidades rimbombantes en primera instancia. Todo se lo ha ganado ella. A base de trabajo, de ambición, de meter las narices, de opinar con contundencia y exigir con claridad.

Ella va de estampados, moños y colores vivos, en plan rosa y detalles que brillan. Es alta, es graciosa; ojona. Parece una niña apenas crecida, pero cuando abre la boca calla la de todos los que la rodean.

¿Quién tiene algún miedo enfrente y necesita un empujón?

Quién ocupa entrarle a lo desconocido con la confianza de que va a triunfar en ello? Déjense contagiar por mi invitada de hoy.